lunes, 21 de julio de 2008

Liberación

Hoy me fui al dolor, solté las cadenas que alguna vez me até, permití que por la ventana se fugara el desamor y me asomé a la cara que el espejo me devuelve, y descubrí en mis ojos la determinación de vivir o morir por mí.
Yo no quiero habitar en la mañana de mi madre, el despertar de mi padre, los planes de otro, ni el futuro de mis hijos.
Hoy sólo quiero pasear por mi vereda, decidir el olor del medio día, saborear los sueños con mi alma.
Tomar el arco iris de mi atardecer, acariciar el sentimiento y sentarme a proyectar lo que quiero para mí, lo que me pienso dar.
Porque ayer encontré que este amasijo de músculos y huesos carecería de interior, no había nada para descubrir ni semilla para cuidar, ni razón para moldear el exterior.
Porque en el deber y el haber me dejé el respeto, la sensibilidad, el gusto por ser yo.
Necesito retornarme a gritos, a golpes, a mordidas, a como sea necesario todo lo que de mí en el camino se quedó, preciso recuperar mi recurso interior.

Anónimo