La transformación de mi vida a través del REIKI

El Reiki y yo tenemos una larga y hermosa historia juntos, yo conocí esta técnica a través una amiga de mi madre. Recurrí a consultarla pues estaba muy tensa y quería que alguien me diera un masaje de relajación o algo así; mi madre me recomendó con su amiga pues creyó que el Reiki era más o menos lo que buscaba, lo que ni mi madre ni yo sabíamos es que el Reiki es TODO menos un masaje!!!!!!!

Para mí fue una experiencia renovadora, muy impactante y profunda, tanto, que en una de las sesiones tuve una experiencia neo-natal. Eso fue algo totalmente revelador, al principio un poco confuso, pero con el tiempo se fue canalizando la experiencia en mi conciencia.

El Reiki es una técnica japonesa, que la dio a conocer el Dr. Mikao Usui el siglo pasado y consiste en la canalización de energía a través de la imposición de manos. Es decir, una persona capacitada sirve como “antenita” para recibir la energía que el universo tiene para darnos y se transmite a través de las manos principalmente a quien lo desee.

Vale la pena comentar que la energía no sólo se transmite a través de las manos, aunque es el medio más directo; sino también por la mirada, el aliento, el pensamiento, etc. Esto se logra poco a poco conforme el Reiki-terapeuta va armonizando con la energía. Recordemos que para la energía no hay límite de tiempo ni de espacio, por lo tanto, prácticamente todo es posible con el Reiki.

Bueno, ¿qué tipo de energía es? ¿para qué sirve? ¿cada cuánto se necesita? ¿tiene algún tipo de restricción? ¿quiénes la pueden recibir? ¿qué se necesita para recibirla? Todas estas preguntas tienen una respuesta y son de lo más sencillas, espero que esto les ayude a resolverlas.

El Reiki es la energía vital universal, que nos es proporcionada para sanar TODO a todos los niveles (físico, mental, emocional y/o espiritual) siempre y cuando nos corresponda por Ley Divina y se puede recibir cada vez que uno lo desee. Todas las personas, las cosas, las situaciones, las emociones, los animales, las plantas, todo es susceptible de ser “reikeado”, porque finalmente todo se reduce a energía. Lo único que necesitamos para recibirla es, primero y lo más importante, tener la voluntad de hacerlo; y en segundo lugar, acudir con una persona que esté capacitada para servir como “antena” para nosotros.

Las restricciones son muy pocas, si es que realmente las hubieran, y son: no canalizar Reiki en contra de la voluntad de la persona (libre albedrío), no hacerlo durante una cirugía o fractura, porque el efecto puede ser tan fuerte que puede modificar el resultado de la cirugía, o puede acelerar la curación del hueso fracturado sin haberse puesto en el lugar que le corresponde. No imponer las manos directamente en caso de heridas expuestas o, repito, fracturas. Por lo pronto son las “limitantes” que me vienen a la mente. Si a ustedes se les ocurre alguna puede ser que la incluyamos.

Continuaremos con este tema en otra ocasión, si tienen alguna duda o sugerencia, con gusto recibo sus comentarios.